Mi primer experiencia en restaurants de cocina peruana fue en Moche, estuvimos yendo unos meses hasta que cambiaron de dueño y cambió todo.
Estuvimos una vez en Francesco y cuando abrió Astrid y Gastón también fuimos: son muy lindos, muy buenos y… muy caros, claramente no son para todos los días.
Con una amiga probé Mochica y estuvo muy bien pero cuando quise ir por segunda vez estaba cerrado así que terminamos a cuatro cuadras de ahí, en “Los Trujillanitos”, desde ese momento que debe haber sido por 2010 no fuimos a ningún otro lugar porque aquí encontramos un chico amabilísimo que nos atiende siempre, el ceviche súper fresco y los precios de las bebidas no te matan.
Cuando lo conocimos era una típica fonda peruana, con manteles de plástico, sillas de caño y cuerina y las paredes repletas de posters que decían “Recuerdo de Lima”.
Tras haber estado unos días cerrado lo han remozado y ya de fonda tiene poco y nada.
Está recién pintado, las sillas son de madera y muy cómodas y han puesto manteles de tela y copas.
Lo primero que dijimos fue: “seguramente han aumentado los precios de toda la carta porque ya no es un bodegón así nomás…” pero no, para nada caro y la calidad no ha bajado en lo más mínimo.
Siguen haciendo comida peruana auténtica y sabrosa.
Anoche fui con mi marido y compartimos entrada y principal y quedamos satisfechos, se los aseguro.
Comenzamos con unas Papas a la Huancaína , siempre las pedimos antes de abrir la carta, es un rito…
La porción alcanzó perfectamente para los dos, estaban apenas picantes y perfectamente cocidas.
$ 28.- (para compartir).
Luego seguimos con un Ceviche Mixto que esta vez tenía mero, pulpitos y mejillones y vino acompañado de papas, batatas y chip de mandioca.
$ 60.- (para 1/2).
Hay gaseosas de litro y medio y bebidas de precio normal (por ej.: Stella Artois de litro a $ 28.-).
Nosotros cenamos con Champaña Navarro Correas a $ 50.-
Con lo cual, una cena para dos, compartiendo entrada y principal con champaña nos costó $ 138.-
Sin café y sin postre (mi marido a veces toma café pero postre nunca, ninguno de los dos, no acostumbramos cerrar con algo dulce).
Para los que estén interesados vayan tranquilos, van a comer bien, van a ser muy bien atendidos y no les van a arrancar la cabeza… qué más se puede pedir?